Sentir el Beyond en la negra noche
al escucharte suspirar entre sueños,
sentir el tan necesitado contacto
piel con piel,
uña con uña,
y entender cómo todo encaja.
Tan simple. El arte de la simpleza, qué bello, aquel que logra percatarse.
A veces lo simple no es obvio. No se ve al primer vistazo, podría decirse que convertimos lo simple en complicado, lo obvio, sobreentendido y entonces perdido.
Pero sentir tu mano en mi panza aleja la niebla, y es tan hermoso.
Forremos todas nuestras noches de simpleza, así por una vez hacemos justicia en nuestras pobres vidas dormidas.
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