lunes, 30 de agosto de 2010

Locura .

No tenía sueño. Según el médico, había dormido casi una semana, demasiado tiempo para quien estaba habituado a una vida sin grandes emociones pero con horarios rígidos de descanso. ¿Qué era un loco? Quizás fuera mejor preguntárselo a uno de ellos.
Veronika se agachó, se sacó la aguja del brazo y se fue hasta donde estaba Zedka, intentando no hacer caso a su estómago que empezaba a dar vueltas; no sabía si el mareo era el resultado de su corazón debilitado o del esfuerzo que estaba haciendo.
-No se que es un loco-susurró Veronika-,pero yo no lo soy. Soy una suicida frustrada.
-Loco es quien vive en su mundo. Como los esquizofrénicos, los psicópatas, los maníacos. O sea, personas que son diferentes de las otras.
-¿Cómo tú?
-Sin embargo - continúo Zedka, fingiendo no haber oído el comentario-, ya debes de haber oído hablar de Einstein, diciendo que no había tiempo ni espacio, sino la unión de los dos. O de Colón, insistiendo en que al otro lado del mar no había un abismo, sino un continente. O de Edmond Hillary, asegurando que un hombre podía llegar a la cumbre del Everest. O de los Beatles, que hicieron una música diferente y se vistieron como personas totalmente fuera de su época. Todas estas personas -y millares de otras- también vivían en su mudno.
"Esta demente está diciendo cosas con sentido", pensó Veronika, acordándose de las historias que su madre le contaba sobre santos que afirmaban hablar con Jesús o con la Virgen María. ¿Vivían en un mundo aparte?
[...] -Te contaré una historia-dijo Zedka.
"Un poderoso hechicero, queriendo destruir un reino, colocó una poción mágica en un pozo privado para él y su familia, donde el hechicero no había conseguido entrar. Preocupado, intentó controlar a la población ordenando una serie de medidas de seguridad y de salud pública: pero los policías e inspectores habían bebido el agua envenenada, y juzgando absurdas las decisiones del rey, decidieron no respetarlas de manera alguna.
"Cuando los habitantes de aquel reino se enteraron del contenido de los decretos, quedaron convencidos de que el soberano había enloquecido y por eso disponía cosas sin sentido. A gritos fueron hasta el castillo exigiendo que renunciase.
"Desesperado, el rey se declaró dispuesto a dejar el trono, pero la reina lo impidió diciendo:`Vamos ahora hasta la fuente y beberemos también. Así nos volveremos iguales a ellos´.
"Y así se hizo: el rey y la reina bebieron el agua de la locura y empezaron inmediatamente a decir cosas sin sentido. Al momento sus súbditos se arrepintieron: ahora que el rey estaba mostrando tanta sabiduría ¿por qué no dejarle gobernar?
"El país continuó en calma, aunque sus habitantes se comportasen de manera muy diferente de sus vecinos. Y el rey pudo gobernar hasta el fin de sus días".
Veronika se rió.
-Tú no pareces loca-dijo.

Veronika decide morir, Paulo Coelho.

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