lunes, 15 de junio de 2009

Viajar

Perdida. Triste. Desorientada. Harta. Todos los días la misma rutina ¿Por qué todo parece tan monótono? Viajar, viajar sería la solución tal vez ¿A dónde, cuándo? A donde sea, lo antes posible ¿Por qué no? Ver el sol sin la silueta de los edificios dibujada en él, tal vez ver su luz alcanzar las copas de los árboles a primera hora de la mañana, o el reflejo en las azules olas del mar. ¿Por qué no? Empacar la mochila, dejar las preocupaciones atrás, y caminar sin un rumbo fijo. Tal vez con un amigo o varios ¿Por qué no? Siempre hace falta una buena compañía. Sentir el cansancio de un largo día mirando todas las estrellas que nunca antes nos habíamos tomado la molestia en contemplar. Temblar al oír los sonidos de la naturaleza, de los animales nocturnos y aún así reír entre amigos frente a una fogata. Despertar con el olor del pasto en la mañana o tal vez con la salada brisa marina en el rostro. Sonreír a pesar del cansancio en las piernas, en todo el cuerpo ¿Qué importa eso después de todo? Continuar el camino con muchos kilómetros más por recorrer ¿Por qué no?

No hay comentarios: