martes, 20 de diciembre de 2011

Leyendas urbanas

Cuentan que en invierno es muy común recibir visitas nocturnas de estos extraños y pequeños seres. Misteriosos como son, se dice que les gusta jugar con las cuerdas vocales mientras dormimos, crean música como si fueran de una guitarra, de un bajo o tal vez un violín. Tocan toda una fiesta en tu garganta, la música más maravillosa que existe en la tierra surge furtivamente de tu boca como si de aliento se tratara. Pocos y ninguno han podido escucharla, menos aún intentar imitarla, hay un encanto tan especial que no se puede interpretar. Sólo se presentan cuando estamos dormidos, uno no se entera de sus visitas hasta que un día nos levantamos y perdemos la voz.

domingo, 18 de diciembre de 2011


Love, lee e imagina conmigo

Un camino de tierra. Mirás hacia arriba y un techo verde te cubre por completo, las hojas dejan pasar rayos de sol tragos de luz, para alegrarse la vida. Te desvías a los costados y encontrás altos y viejos troncos cubiertos por enredaderas, tapados por un largo y salvaje pasto. Tus piernas caminan por inercia, no las controlas, preferís no hacerlo, mejor dejarse llevar.

El día caluroso invade todo tu cuerpo y hasta tu ser, te sentis casi en llamas. Todo vale la pena por un paisaje tan hermoso.
Aún caminando, cerras los ojos y te concentras en los sonidos, los olores, toda la naturaleza que te rodea, sentis su ritmo, su pulso, sentis que ya son uno. Pero un nuevo tacto te sorprende algo suave se desliza en tu mano, esta frio y fresco. Te invade una sensación de paz, llenando ese pequeño hueco que hacía falta para llegar al sueño. Sus dedos se entrelazan con los tuyos y no hace falta abrir los ojos para saber quién te acompaña.

Keep your eyes close, I won't go

domingo, 23 de octubre de 2011

Desechable

Miró la playa y sintió ese conocido vacío. El atardecer rojizo le recordó lo insignificante que era, sentimiento más que aplastante. Pensó en lo hermoso que era, las olas rompiendo contra la escollera, los sonidos del viento, los colores. Pero al mismo tiempo concibió cuánto dolía. Lastimaba el saber que todo eso le daba la espalda, que no era para ella, que nunca lo iba a ser, que ella sólo era una sombra, un desvarío traslúcido y lejano.
Una lágrima desdeñada rodó furiosa. No poseía brillo ni reflejo, caía sin existir, sin espectadores a los cuales afligir, sólo miradas distraídas y risas distantes, sólo ella sentía su humedad y su lamento. Hería el sentirse un ensueño.
 Intentaron robarle una sonrisa, esa amplia y vieja sonrisa, la que no volvería nunca. Se despidió de ella. Su mirada se sentía pesada, dura, reacia, notó su punzante cambio pero no se quejó. Muda a las transformaciones, mera espectadora de la vida, acostumbrada a no tener voz. Un capricho rabioso le cruzó por la mente. Sintió un imponente deseo de gritar, de poseer un megáfono en la garganta, amplificar sus cuerdas vocales. Pero la absurda invención no terminó de idearse, ya que las palabras se las llevaba el viento. Se despidió de sus alucinaciones, de sus ficciones, tan frecuentes en su mundo tupper. Miró con pena a su alrededor. Se despidió.

domingo, 16 de octubre de 2011

Renacer

Respira profundo, me ordeno. Abro los párpados lentamente. Vuelvo a nacer. El amanecer se tiñe de tonos rojizos y rosados, junto a él vuelvo a nacer. Con su furiosa llegada me siento arder. Vuelvo a vivir ¿Por qué me has traído a tus puertas?
Recordé lo que era ser feliz e inocente. Olor a tierra invadió mis sentidos, rememoré la luz golpeando mis palmas, acariciando mis dedos, risas flotando en el aire. ¿Qué hago aquí? Recordé lo fácil que fue perderlo, olvidarlo.
¿Qué somos para vos? Cierro los ojos, me mantengo relajado, me siento fluir. Lo hemos perdido todo, somos imperfectos, crueles, estamos alterados, adiestrados durante toda nuestra vida. Nos perdimos ¿Me estas vigilando? Quiero ver lo que ves.
 Mis actos reflejan mi felicidad interior. Un alma desnutrida que perdio la pureza del nacimiento y la inocencia de la infancia. Pero el alba trajo consigo colores, sensaciones que despiertan y encienden el alma, trae claridad, paz, trae consigo un nuevo comienzo. Abro los ojos por última vez.

martes, 27 de septiembre de 2011

Talking to the moon.

Apenas podía mantenerse de pie, todo le daba vueltas, sentía como el cielo y la tierra se confundían el uno con el otro. Observó el anochecer, el horizonte se tornaba en una línea diagonal, la luna se convertía en una media sonrisa que se burlaba de el allá arriba, a lo lejos. La maldijo casi a los gritos, sin darse cuenta de su timbre de voz. Dio un paso, para atrapar aquel satírico astro que se bamboleaba burlona frente suyo, pero el mundo le dio un giro que le impidió continuar. Se tambaleó fuertemente y decidió apoyarse en la sucia pared de ladrillos rotos. Comenzó a deslizarse lentamente hasta que tropezó y cayó bruscamente en el piso.
Con dificultad, levantó la mirada, contemplando su propio demonio, sabiendo que todas las noches serían lo mismo, siempre él abajo, destruido, solo, en un mundo gris, lleno de personas grises y vacías, y ella, siempre triunfante, allá arriba en el cielo, donde reina la paz, las luces, los colores.
Gritó pidiendo otro trago al barman, otro trago para su dolor y sus penas. Sin embargo, sabía que ella siempre estaría escuchándolo en silencio, acompañándolo en sus miserias, incluso quería pensar, que velaba por él en secreto. Su única compañía. Comentó sus dolores, sus pesadillas, rememoró su pasado y describió con pesar sus tormentos. Otro trago para el mísero borracho.
Sabía que la gente pasaba y lo miraba, derrumbado en una inmunda vereda, hablándole a la nada, rumoreaban su locura por todo el pueblo. Pero no importaba, sabía que cuando el sol se escondiera, no tendría que soportar más soledad, ellos no sabían que al anochecer, él podía contar con su preciada luna y que algún día ella le contestaría también.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Golden days

Cerró los ojos y con una sonrisa recordó sus rostros, todos esos rasgos que las hacían tan particulares a su manera, esos detalles que ya los conocía de memoria. Recuerdos explotaron al mismo tiempo en su mente, recorriendo cada uno de ellos con rapidez, tenían tantos juntas. Esas risas, todas esas deformidades, las peleas, cosas que nunca podría borrar de su memoria, aunque quisiera. Sentía esa extraña impresión, esa sensación tan conocida a familia. Respiró hondo, relajada.
Aún con la sonrisa en la cara, abrió los ojos. Todas las emociones y sensaciones se desvanecieron. Se sintió confundida, no reconocía nada. ¿Dónde se encontraba? Sintió pánico. Lágrimas comenzaron a escaparse velozmente de sus ojos. Entendió que estaba sola.
Aún así sabía que había un lugar, un rincón lejano en su mente, donde podía escapar, donde la soledad no la embargaría nunca más. Pero sabía también que algún día no tendría la voluntad para volver, quedaría enterrada en su oxidada memoria, viviendo de recuerdos. Cerró los ojos y se dejó llevar.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Nuevos ojos

Sus oídos latían al ritmo del corazón. Su pecho subía y bajaba pesadamente, sintiendo el aire entrar y salir por su nariz. Se sentía... hipersensible, era consciente de las miles de sensaciones que provocaba el simple acto de respirar. El aire caliente, las caricias ocasionadas por éste en la parte superior de los labios y estaba segura que, incluso, podía detectar las microscópicas partículas arremolinándose furiosamente.
Los párpados los encontraba extremadamente pesados, hasta llegó a pensar que los tenía pegados. De a poco, fue descubriendo extrañas sensaciones en los dedos de las manos... en los brazos, luego los pies, las piernas. Sentía el aire que la rodeaba, cada ligera y mínima brisa que chocaba contra su cuerpo, casi imperciptiblemente. Podía visualizar con precisión la textura de su piel, cada línea, cada arruga, mancha e imperfección.
Repentinamente sintió los abrasadores rayos del sol golpeando contra sus párpados. La pesadez de éstos se desvaneció tan rápido como la aparición del alba. Los abrió lentamente y maravillada contempló cómo los colores retornaban.
Despertó en un nuevo mundo creado, totalmente distinto, de colores y pasiones, donde no hay tiempo para destruir, y por lo tanto, tampoco para crear otra vez, donde sólo existe el presente. Escuchó atentamente la risa de los niños, la gente hablando, pasos, todos sonidos potencialmente bellos. Contempló los destellos de la luz con nuevos ojos, intentando mantener y guardar en su memoria los colores, los movimientos, incluso el sonido que ésta provocaba. Se sentía en un estado de rèverie del que, sabía, no podría volver. Pero no le importó. Recordó aquel objeto en sus manos, sonrió pensando lo tonta que era al olvidarlo. Disfrutó las nuevas sensaciones que esta sonrisa le brindaba.
La luz y sus rayos cegadores comenzaron a llenar la habitación. Sentía que iba a explotar. Se aferró a su rosario de sueños, acarició las cuentas sin reprimir la sonrisa del rostro.
Se sintió renovada, una extraña conexión la unía con el resto del universo, la sentía una prolongación de su cuerpo, no estaba segura donde comenzaban sus extremidades ni donde terminaban. El suelo de madera, lleno de astillas, el cielorraso con manchas de humedad, los agujeros en la pared, las blancas cortinas, sucias y raídas, todo era hermoso. Se sentó y apoyó ambos pies fuera de la cama, en la alfombra. Escuchó el roce, disfrutó la suavidad de la nueva alfombra, reciente adquisición en su habitación. Estaba inquieta, no podía quedarse allí, afuera la esperaba toda una ciudad agitada, llena de problemas, ruidos, historias, pasados, presentes y porvenires, con todas sus inquietudes e indecisiones, toda su libertad. Estaba extasiada con solo pensarlo. No bajó las escaleras a gran velocidad, no, bajó flotando, prácticamente no podía recordar como había llegado desde su cuarto hasta la puerta de su edificio, ya en la vereda de baldosas sucias. Pero no pudo mover ni un solo paso más. Miles, millones, de sensaciones la atacaron. Sabía que a dos cuadras estaban introduciendo una llave en el picaporte en el piso 4, sentía, en el mismo y exacto segundo que esto sucedía, el viento arremolinarse alrededor de aquella pelota de básquet que pretendía golpear sobre el asfalto unos segundos más tarde, al mismo tiempo que aquel robusto hombre mordía con la quijada completamente abierta un enorme sándwich de jamón, queso y tomate. Al segundo siguiente sintió un aleteo por allá en el parque, mientras una bocina hacía eco en la calle. Estaba conciente de que estaba presenciando cada pequeño acto de la vida, cada acción que definen nuestro día, que lo diferencian del de ayer y el de mañana. Esos hechos desapercibidos y despreciados fácilmente. Se sintió plena nuevamente.
Escuchó claramente la orden que se le imponía, una voz profunda y calma. Pide un deseo. Se tentó al oír algo tan estúpido y fácil de responder. Abrió la boca y sintiendo las vibraciones de sus cuerdas vocales contestó con voz melódica, llena de dicha: Seguir respirando ¿Qué más puedo pedir? Abrió los ojos y la penumbra la abrumó.

Sola .


lunes, 13 de junio de 2011

Sooner or later

Nunca me sentí una persona tan egoísta en mi vida entera. He tenido mis pensamientos y actitudes mezquinas, pero ahora, más que nunca, quiero hundirme en mi propia miseria para no volver a salir a la superficie nuevamente. Exageraciones, vivo de exageraciones. No importa, se que esto no es disimulado ni dramatizado, esto es lo que siento y lo que vivo, lo que pienso y respiro las últimas horas de las últimas semanas. Una partida invade mi cabeza. Una despedida imaginaria se reproduce una y otra vez, como en un disco maltratado, viejo y rayado.
 Me fuerzo a sonreír. Esto es lo mejor, aunque el verdadero cariño, el verdadero amor, por un ser querido, un familiar, un amigo, es puro egoísmo. Aunque mis pensamientos son un caos. Ecos que gritan e intentan comprender lo que sucede, lo que pasó y lo que esta por suceder en un futuro no muy lejano. Conviven junto con esa pequeña voz, diminuta e inaudible que intenta hacerse escuchar. Esa que dice que todo va a estar bien, que del pasado y el presente nace el futuro, que sin un ayer no habrá un mañana, que las personas no quedan el olvido, que las lastimaduras sanan. Esa voz que de a poco se agranda.

Un cambio, nuevos aires, buenos aires.

Live .



En tiempo virtual 10 min es una hora, te conectaste de dia y de repente es de noche, las horas pasan y no se hace nada productivo. Uno sólo se encuentra sentado, mirando cosas que hacen mal y hablando con personas que responden mal y lo único que uno obtiene son horas perdidas en cosas malas que podrían haber sido usadas para algo bueno.
Cuando en realidad uno tiene que vivir para crecer. Vivir por vivir. Porque tenemos una sola vida que aprovechar pero la sociedad nos embotella, nuestros padres nos encierran aunque no lo quieran, y por ende nosotros mismos terminamos en un tupper con conexion wi-fi para espiar el mundo de afuera, y miramos los colores y nos quedamos tan maravillados, cuando nos olvidamos que podemos abrir la tapa y mirarlo con nuestras propias pantallas, esas que llamamos ojos no ?

viernes, 27 de mayo de 2011

Nadie escucha

Se sienta tranquilamente en el suelo a comenzar su rutina. Se pone los zapatos de danza, atándolos con paciencia y tranquilidad. Sólo se escucha el ruido de los lazos al cruzarse. Se para y comienza a bailar, no tiene idea de qué es lo que va a hacer realmente, pero no importa, cada movimiento sale del corazón. Ruidos lejanos se escuchan, pero no importa ella esta en su mundo. Se enfoca el ambiente, el salón, y los ruidos del gentío desbordan, aturdiendo. Se desenfoca el salón, sólo queda su figura danzante a los ojos del espectador e instantáneamente los ruidos cesan, interrumpidos por una hermosa música inexistente. Se trata de arte, belleza, armonía. Nadie parece entenderlo ni escucharlo, pero se encuentra todo en su cabeza. Imágenes interrumpen la escena. Aparecen artistas pintando murales, músicos de rock en un escenario, una filarmónica, artistas callejeros profanando las calles. Sin embargo, repentinamente tropieza, y todo se detiene. Ríe y vuelve a tomar posición. La danza vuelve a comenzar.

Revolution

Pisadas apresuradas resuenan en las calles vacías de la ciudad. Ni un solo alma desfila por las calles, el temor invade los hogares, el peligro acecha cada esquina. Pero ¿a quién temer? ¿Quién es el enemigo? Las sirenas de la policía interrumpen el silencio sepulcral. El sonido de las alarmas de la ciudad hacen eco en los callejones.
Trata de controlar la respiración agitada mientras siente arder los pulmones. Las piernas le piden un respiro. El peso de los aerosoles en la mochila no ayudan en la escapada. 
Dobla un esquina y se detiene, sintiendo el agitado vaivén del pecho al compás de su respiración. Siente la adrenalina y no lo resiste. Aprovecha el descanso para destapar el negro. Con agilidad y sin dudar escribe rápidamente un mensaje revolucionario, deseando y esperando que quede inmortalizado en el ladrillo el mayor tiempo posible, el suficiente para que llegue a ser realmente comprendido, y por supuesto no se olvida firmar el apreciado “Let it be” a un costado.
Sonríe al observar el resultado. Las sirenas comienzan a sonar cada vez más cerca. Su sonrisa se ensancha y la persecución vuelve a comenzar.

Fuckin perfect.


Todo estaba en su sitio, perfectamente controlado, Sonrió. Los usuales hoyuelos aparecieron en el mismo lugar de siempre, cosa que, obviamente, no le causó sorpresa. Pómulos suave, delicados, dan la impresión del terciopelo, aunque su dureza y firmeza recuerda la fría porcelana. Reparó en esta última observación contradictoria que no había notado antes. Su sonrisa se desvaneció fugazmente. “Desvaríos”, pensó, y todo volvió a su lugar. La perfección quedó nuevamente intacta. “Perfección” remarcó, y su sonrisa se ensanchó.
Su mente comenzó a divagar y a desenterrar viejos recuerdos. El trabajo duro, la felicidad, el esfuerzo, la ilusión… la inocencia, los interminables días… años, las peleas incoherentes, el silencio, la decepción, el rencor… sacudió la cabeza, sobresaltada al encontrarse desprevenida ante tan fuertes emociones. Un dolor punzante comenzó a hacerse notar en su mano izquierda. La sangre comenzó a escurrir, sensación vieja más que conocida, mas no olvidada. “Idiota” El golpeteó de las gotas produjeron un fuerte déjà vu.
Contuvo el aire, aterrada. Pero la experiencia logró vencer y no se dejó llevar. Se limpió con la toalla cuidadosamente doblada en aquel estante cercano al lavabo. Levantó la mirada nuevamente a su reflejo mas no lo reconoció. Ahogó un grito con la mano herida, pero su copia no la siguió. Pestañeó, atónita. Todo volvió a la normalidad. Todo estaba nuevamente perfecto. Contempló la profunda lastimadura, la toalla manchada, el desorden, el descontrol. Un fuerte mareo inundó su mente y cuerpo. “No, no puedo perder. Hay demasiado en juego” Respiró hondo y levantó la vista, decidida y confiada en encontrar determinación marcada en cada rasgo de su rostro. Al contrario, la visión que observó luego la paralizó. Del otro lado una mirada fría y calculadora la contemplaba con diversión. La pureza de sus ojos amarronados y blancos habían sido reemplazados por rojo y un profundo negro. Su sonrisa de lado helaba la sangre al mismo tiempo que le hacía sentir los rápidos latidos de su corazón retumbando en sus tímpanos. “No de nuevo, es mi turno” dijo reuniendo fuerzas desconocidas. “Todo debe estar controlado, las cosas no pueden salir de su lugar si se mantiene la disciplina. Nunca más voy a dejarme vencer otra vez, soy perfecta y haré lo que sea para seguir siéndolo. Seré lo que sea necesario, no importa el costo”. Pero no obtuvo la reacción que buscaba con esta declaración. Su reflejo no hizo más que empezar a reír. Una cruel risa llenó la habitación retumbando en cada rincón. El sonido rebotaba en las paredes y volvía para aturdir su mente. Podía sentir las ondas golpear contra su cuerpo y hacerlo temblar como si se tratara de una frágil y débil pluma. De pronto un dolor insoportable le cortó la respiración. Le dolían las costillas, como si alguien estuviera presionando. Sus piernas se doblegaron al dolor e involuntariamente terminó arrodillada en el suelo. SU garganta comenzó a arder, como si un fuego abrasador estuviera intentando escapar por su garganta. Intentó gritar pero no encontró su voz. Llevó ambas manos al cuello pero se detuvo a mitad de camino al observar su piel negra y chamuscada, comenzando por la punta de sus dedos y extendiéndose rápidamente al resto del cuerpo.
Estaba volviendo, se estaba apoderando de ella y arruinaría todo, una vez más. Siempre había sido alto el precio y lo supo desde un principio, pero nunca importó. La perfección es difícil, imposible de alcanzar, inhumano, pero estaba dispuesta a lo que sea para conseguirla. Siempre lo estuvo.
Enfurecida y con las pocas fuerzas restantes se paró y sin importar las consecuencias, golpeó con sus puños el dichoso espejo escuchando el fuerte impacto con los ojos cerrados y sintiendo los miles de trozos cortar su piel. Sin embargo, al abrirlos pudo contemplar que la silueta de su reflejo había sido la única parte del espejo que estaba intacta. Su copia la miraba todavía desde el otro lado, observándola con una furia nunca antes vista. Jamás podría borrar esa imagen de su memoria. Una horrible sensación inundó su cuerpo. Sabiendo que no serviría de nada, tomó un trozo de vidrio y descargando toda su ira lo arrojó contra ella. Para su sorpresa el espejo comenzó a resquebrajarse lentamente y con un último crujido se despedazó en una lluvia de cristales. Sonrió, incrédula. Los dolores desaparecieron. Su garganta volvió a la normalidad. Pestañeó sin poder creer lo que sucedía. De repente, el enorme espejo se encontraba allí, sin ninguna herida, majestuoso como siempre, como si todo hubiera sido una pesadilla lejana. Todo estaba en perfecto estado otra vez. Suspiró aliviada. Hizo una mueca de dolor al suspirar. Llevó la mano al abdomen y sintió la ropa húmeda. Bajó la mirada asustada y comprobó que estaba sangrando. De repente sintió el contacto de algo frío en su panza. Tomó la punta y con dolor comenzó a tirar de ella. Finalmente sacó el pedazo de espejo de adentro. Un ojo conocido la miraba desde el.

domingo, 23 de enero de 2011

Just me.

No pido ser la mejor,
no pido la perfección.
Sólo quiero ser suficiente.
No más exigencias,
no más decepciones .

Be the change ...


Se el cambio. Me obligo a recordarlo. Pero si las paredes siguen derrumbándose una vez construidas nada de lo que creo es cierto. Mentira. El control está en mis manos. La lucha comienza y termina. Comienza y vuelve a terminar. Fallo una y otra vez. Imposible dudar la existencia del destino.

... you want to see in the world .

sábado, 22 de enero de 2011

martes, 11 de enero de 2011

Music .


No hay manera de explicar lo que la música puede hacer posible. La música puede despertar sentimientos olvidados, traer de vuelta sensaciones extraordinarias. Hacernos experimentar cosas que no imaginamos sentir nunca.
Cada uno tiene su manera de sentirla, de experimentarla. A veces se siente como electricidad recorriendo el cuerpo. Una tensión cubre cada parte de tu ser y es tan fuerte que llega un momento en que explota. Se libera. A veces se siente a libertad, como si hubieras estado encerrado tanto tiempo que al oír una canción o una simple melodía, sólo con escucharla, nos sentimos libres, y viajamos. La música te transporta. Cerrás los ojos y de repente te encontras en otro lado, con otro paisaje, en otro mundo tal vez. Poder expresar todas esas sensaciones a través de la música, debe ser un sentimiento asombroso. Poder llamarla tú música. Yo lo siento, siento la música y lo que ella despierta en mí, pero no encuentro conexión para poder sacarla de mí y hacer que los demás conozcan mi música. Desearía poder hacerlo. Desearía terriblemente poder
Pero todavía no la he encontrado y sólo me queda esto. El única arma que he descubierto para describir todo lo que despierta en mí, todo lo que sucede en mí. La palabra. Me he manejado para dominarla, y me hace feliz. Pero el vacío que la música, el dibujo y las artes ocasiona no es posible de llenar sólo con la escritura. Y nuevamente despierta en mí ese terrible deseo de poder expresarme correctamente a través de ellas. Desespera.
La música despierta todas esas sensaciones y más. Me hace volar. La canción exacta, la voz adecuada, no hay manera de decir lo que hace sentir. En la música encuentro un escape. En las melodías encuentro libertad ... en esa libertad me perdí, creo que será muy difícil volver una vez descubierta.
                                                            Where words fail, music speaks .