sábado, 28 de febrero de 2009



Feliz cumple die ! te quiero ! ♥

jueves, 26 de febrero de 2009

Imposible como la nieve

El colectivo dobló en la esquina y avanzó rápidamente la media cuadra que faltaba para llegar a la parada. Comencé a correr para alcanzarlo, no tenía intenciones de aguantar el frío hasta que llegara el próximo colectivo. Dejé subir primero a una anciana, que temblaba tanto del frío que parecía que en cualquier momento iba a quebrarse, luego subí y pagué mi boleto. Para mi satisfacción el colectivo estaba vacío a excepción de una chica que se encontraba muy concentrada en su lectura, la señora que había dejado pasar y un nene y su padre, que estaría dormido si no fuera porque su hijo hablaba hasta por los codos. Sonreí al comprobar que con los auriculares del MP3 puestos no podía escuchar ni una palabra de lo que decía aquel pequeño.
Me senté en uno de los últimos asientos al lado de la ventana y me preparé a disfrutar del largo viaje que me esperaba sin necesidad de escuchar el traqueteo del “bondi”, escuchando únicamente la voz de Chris Martin, el cantante de Coldplay. Cuando me senté, a los pocos minutos pude sentir como mis manos comenzaban a arder del frío. Las froté unas contra otras para calentarme, era increíble las temperaturas que habían alcanzado ese invierno, pero era todavía más increíble pensar que en Mar del Plata podría llegar a nevar. Riéndome ante la idea de toda una Mar del Plata cubierta de un espeso manto blanco subí un poco más el volumen de la música y miré pasar por la mugrienta ventana las frías y desoladas calles.
Sin poder evitarlo llegó a mis pensamientos un recuerdo que había estado tratando de evitar hacía ya varias semanas. No quería pensar en el en aquellos momentos y tampoco pensaba hacerlo ahora, pero era inevitable en una situación como esta. Es como cuando estas intentando dormir pero no lo logras porque tu mente sigue divagando entre pensamientos y recuerdos, y aunque trates de no pensar en nada al poco tiempo te das cuenta que tu esfuerzo es en vano, ya que no te es posible dejar tu mente en blanco.
Y precisamente ahora lo único que ocupaba mi mente eran aquellas dolorosas palabras que me había dicho una de las personas que más quería en el mundo. “Yo creí que iba a ser diferente, creí que lo nuestro iba a poder funcionar, pero en ningún momento fui sincera conmigo misma o contigo”, podía escucharla decir aquellas palabras en mis oídos como si me las estuviera susurrando ella misma, a mi lado. Subí todavía más el volumen del MP3 para poder dejar de escuchar mis propios pensamientos, para alejar aquella voz. Aquella voz que me había destrozado en tan poco tiempo pero que, irónicamente, tanto deseaba escuchar. No sabía cómo sentirme cuando, a pesar del volumen de la música, volví a escuchar su voz, “Creo que tenemos que darnos un tiempo, necesito más espacio, para pensar, realmente estoy confundida. En ningún momento pensé en hacerte daño, al principio era muy lindo pero creo que no me gustas como yo creía. Espero que sepas entender por que lo nuestro termino” Esas últimas palabras hicieron eco en mi cabeza como si estuviera vacía, hueca, con un único pensamiento ocupándola enteramente. Apoyé mi frente en la ventana sin importarme que se ensuciara mi gorro. No lo había visto venir, éramos muy felices juntos, aunque aparentemente sólo yo lo era. Me gustaba mucho, quizá demasiado, hasta podría decir que estaba enamorado. Había intentado no pensar en ello las últimas semanas, pero inevitablemente los recuerdos me inundaron abruptamente, hundiéndome en ellos.
Me sorprendí al observar caer una lágrima en la ventana, arrastrando la suciedad pegada en ella. Me sequé rápidamente, lo único que me faltaba era empezar a llorar. Qué dirían mis hermanos y mis amigos si me vieran así. Miré el rastro que había dejado mi lágrima en la ventana y pude observar claramente su rostro a través de la ventana. Sacudí mi cabeza para alejar aquella imagen. Eso ya era demasiado ¿Ahora había empezado a alucinar? Eso sí que había sido raro, una cosa era recordar su voz pero otra cosa era observar claramente su rostro. Me estaba volviendo loco, además esperar a que volviera era como creer que realmente nevaría. Volví la mirada nuevamente a la ventana y pude comprobar aliviado que ya no había nada, pero también pude observar que me había pasado mi parada. Me paré, toqué el timbre y bajé apresurado las escaleras.
Comencé a caminar cuando empezó a lloviznar, miré al cielo para agradecerle su generosidad y me pasmé al sentir que las gotas de lluvia no se sentían como gotas de lluvia realmente, eran distintas. Esto no era una nueva alucinación mía realmente estaba nevando en Mar del Plata. Sonreí al recordar mis propias palabras y seguí caminando contento, pensando que tal vez todavía había esperanzas, tal vez ella volvería, no todo estaba perdido.

lunes, 23 de febrero de 2009

Nunca estamos solos

La casa entera estaba sumida en el silencio, bastante comprensible a las cuatro de la mañana. El único sonido que se escuchaba provenía de la televisión en la sala. Todas las luces estaban apagadas, lo único que nos iluminaba era la luz de dicha televisión. Estábamos sentadas una al lado de la otra, rodeadas de almohadones, papeles de caramelos y con un pote de helado de dulce de leche de un kilo en el medio, mientras veíamos por enésima vez una de nuestras películas favoritas, Descanso. Todo a nuestro alrededor era un completo desastre, pero realmente eso no nos preocupaba demasiado en esos momentos, nos encontrábamos inmersas en la película.
Finalmente llegamos a la parte en que la protagonista decidía dejar su trabajo, su casa, sus amigos, en fin, su vida en Los Angeles y quedarse a vivir en Londres con el chico que amaba. Siempre me conmovía mucho esa parte, así que fingiendo llorar en broma, miré a mi amiga y me sorprendí al observar que varias lágrimas verdaderas corrían ya por sus mejillas.
-¿Cele? No sabía que te emocionaba tanto esta parte. A mi me conmueve mas lo del viejo escritor-le dije en broma.
-No, no es eso-contestó secándose con la manga del buzo-Es que… yo también quiero hacer eso-dijo mientras le caían nuevas lágrimas.
-¿Qué cosa? ¿Cambiar de casas? Estaría bueno…
-No, no eso. No quiero que Julián viva tan lejos, quiero que este acá conmigo, ahora y que me quiera como yo lo quiero a el-confesó melancólicamente.
-Ahhh, eso-dije comprendiendo todo, por primera vez desde que la había visto llorar, mientras la abrazaba cariñosamente-Hablamos un montón de veces de eso. No creo que Juli no te quiera, creo que estás demasiado enamorada como para darte cuenta, nada más.
-El no me quiere, soy la única que se da cuenta, es distinto. Si no fuera así ya hubiera pasado algo ¿sino porqué más?
-Mmm… no se, por ahí porque cree que ahora están muy lejos como para algo, o por ahí, tal vez es de esos chicos tímidos, jaja.
-Sabes que no
Esta vez no quería darle la misma objeción de siempre. Sabía bien que era lo que me iba a contestar si le decía lo que pensaba, siempre tenía una respuesta para todo, y la discusión seguiría repitiéndose como siempre. Nos quedamos en silencio varios minutos, sin ningún otro sonido que nos interrumpiera más que el de la televisión.
-Sori, no quería empezar otra vez con los mismo-se disculpó-es que esta peli siempre me pone taaan melancólica y me siento tan sola.
-Sos imposible, eso es porque le decís que no a todos.
-Es que quiero a Juli
-Jaja, si ya se. Pero ya te vas a dar cuenta que no todo es como vos pensas y mientras te das cuenta, tenes que saber que no estas sola. Tenes a todos tus amigos y a un montón más atrás tuyo-dije para molestarla y sacarla de su melancolía.
Y realmente esperaba que se diera cuenta que Juli no es imposible y que no tenía que sentirse sola nunca porque siempre vamos a estar sus amigos en cualquier momento, y ahora nos necesitaba para mostrarle que no todo era como ella en realidad creia.

Me llego la inspiracion a ultimo momento , y en seguida la subi asique falta arreglarla un poco :P
Dedicada a una amiga mia :)
sabe que te quiero mucho , espero que te guste otra de mis pequeñas historias

jueves, 19 de febrero de 2009

1000 things

The meaning of life it starts at the nightlight
Close your eyes and hope to see mine

Well I've seen a thousand things in one place
But I stopped my counting when I saw your face
Erasing memory I feel as though I've never seen
a face before
Until I saw your eyes smiling back at me through my tears
I've been counting all these years
Now suddenly the thousand things I've seen were
Nothing more than dreams of you and me